Se trata de uno de los aparatos tecnológicos estrella de los últimos años, el cual ha protagonizado ríos de tinta y publicaciones así como noticias de distintos medios de comunicación. Son las impresoras capaces de imprimir en tres dimensiones, una tendencia en el ámbito de las tecnologías de la información y las comunicaciones que no tienen visos de desaparecer en un horizonte próximo.
De hecho, su evolución será toda la contraria. Y es que según la consultora tecnológica Gartner el futuro estará marcado por la fusión entre el mundo real y el virtual, en los cuales el impacto de la tecnología en los negocios será más importante que nunca a la par que reproducirá una aparición escalonada de la inteligencia colectiva.
En este contexto destacará, especialmente, el aumento imparable del uso de las impresoras en 3D, que serán un utensilio más de cualquier hogar antes de que llegue 2018.
Y es que a pesar de que los orígenes de la impresión en tres dimensiones datan, nada más y nada menos, que de hace 30 años, es ahora cuando estos inventos se encuentran en pleno proceso de maduración. Así, está previsto que la compra de impresoras en tres dimensiones aumente un 98% en 2016 aunque no será hasta dentro de tres años cuando estos aparatos se encuentren en su momento más álgido.
Sin embargo, es importante tener en cuenta las diferencias que se producen en el uso de este tipo de tecnología ya que, si bien hasta el momento estas impresoras 3D se caracterizan por haber despertado un amplio interés entre los consumidores, es el sector empresarial el que se encuentra materializando su valor al máximo. Una tendencia, que según el informe de esta empresa, se verá revertido en menos tiempo del que pensamos.
Así, el aumento de la demanda privada de la tecnología en 3D se llevará a cabo en paralelo a la evolución del mercado de impresoras de tales características, una tecnología cuyo abaratamiento está creciendo, gracias a las utilidades personales e industriales que a tales objetos se les está dando.
De hecho, constata la investigación de esta compañía, el desarrollo de aplicaciones industriales, de consumo y biomédicas demostrarán que la impresión en tres dimensiones puede reducir el coste y mejorar el diseño de las empresas, a la par que estas experimentan un aumento de su productividad.
Demanda de mayor experimentación
En paralelo, este informe sostiene que el incremento del Internet de las cosas supondrá un ahorro de varios miles de euros a través de la detección de fallos en los sistemas. No obstante, la misma requiere de una mayor tasa de experimentación al respecto. Así, las máquinas inteligentes se convertirán en una realidad en los hogares a partir del próximo año, vaticina esta compañía.
Para ello, la firma pone como ejemplo los remolcadores autónomos que utiliza la compañía minera Río Tinto, los cuales, gracias la analítica avanzada, se pueden crear a partir de sistemas que entiendan el entorno, aprendan de sí mismos y actúen de manera independiente.
Del mismo modo, el informe apuesta por el auge del desarrollo de aplicaciones pensadas para la nube, así como la capacidad de los usuarios y las empresas de almacenar su información en este entorno. Así, estos soportes se irán definiendo específicamente y residirán directamente en Internet, abarcando a múltiples clientes al ser coordinadas de forma central.
Un objetivo, el del cloud computing, que se centrará en la sincronización de contenidos y en el desarrollo del fenómeno de la segunda pantalla para aquellas personas que utilizan su móvil a la vez que ven la televisión. En el lado opuesto se sitúa la cuestión de la seguridad en la red, un tema que para esta consultora dejará de ser una preocupación para los usuarios.
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