Si tenemos que explicar en qué consisten los cartuchos de tinta para impresoras debemos, en primer lugar, admitir que se trata de uno de los consumibles más demandados en la actualidad. ¿El motivo? Que las impresoras no son un lujo más bien un objeto al alcance de cualquier consumidor.
Sin embargo, este producto no resulta tan positivo de tener en cuenta cuando son muchas las personas que desconocen el tipo de cartucho que necesitan. O peor aún: que en el caso de conocerlo desconocen cuál es la mejor opción tanto para el mantenimiento de la impresora como para el mejor rendimiento de su bolsillo.
Para ello, lo primero que los clientes deben tener en cuenta es que en el mercado actual existen dos tipos de impresoras, de un lado las impresoras de inyección de tinta y, de otro, las impresoras láser.
En el primer caso se trata de impresoras cuyo funcionamiento es muy parecido al que regía las antiguas máquinas de escribir. Un modelo de impresora que se basa en un sistema de presión en el que la impresora se utiliza para poder imprimir la tinta sobre el papel.
Dado su carácter sencillo en el montaje, aplicación y puesta en marcha, las impresoras a inyección a tinta, también denominadas inkjet, son las que resultan más fáciles de mantener, a la par que su coste económico también suele ser más bajo, al menos en lo que respecta a su estructura.
Es por ello que las impresoras a inyección de tinta suelen ser las más presentes en las casas particulares de los usuarios. De hecho, estos clientes las suelen utilizar de forma puntual, dejando de lado la utilización masiva de las mismas. En otro orden de asuntos, también hay que tener en cuenta que como inconveniente, los cartuchos de tinta presentan la limitación de que, al estar sin utilizar de manera prolongada, la tinta corre el riesgo de que se seque, motivo por el que este tipo de impresoras no siempre tienen por qué ser las mejores opciones para cumplir sus objetivos.
En lo que respecta a las impresoras láser, este tipo de productos se definen porque usan una técnica en la que el tóner, que contiene polvo, se mezcla con un polímero y se quema directamente sobre papel. Dada esta particularidad, las impresoras láser se definen por necesitar un mayor nivel de precisión, así como porque utiliza el calor para fundir y plasmar las partículas de tóner que dan lugar a la impresión.
De este modo, debido a que las impresoras láser funcionan con cartuchos de tóner, estas impresoras pueden llegar a soportar una carga de impresión de entre 2000 y 5000 páginas. Es por ello que una vez que el usuario determina su nivel de impresión y ritmo del mismo, sus necesidades especificarán con mayor o menor precisión el tipo de impresora que requieren.
En este sentido, seguramente que la mayoría de los usuarios de impresoras se decanten para el consumo del hogar por una impresora de inyección de tinta. No obstante, han de tener claro el coste de los consumibles, un indicador que hará replantearse a más de uno por la opción más adecuada.
En este sentido, hay que tener en cuenta que dentro de la fabricación y distribución de cartuchos, existe una nueva cultura que viene determinada por el auge de los cartuchos compatibles. Y se llama cultura porque han venido a romper la hegemonía de los cartuchos procedentes de los fabricantes.
Así, los cartuchos de tinta o de tóner se caracterizan por haber sido fabricados por empresas independientes a los fabricantes de cartuchos originales. Con la diferencia, también, de que aun manteniendo la misma calidad ofrecen un precio de mercado más bajo. Así, los clientes tienen más fácil decantarse por las impresoras de inyección de tinta, ya que cuentan con la opción de poder ahorrar unos euros en cada una de sus compras.
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